Un día regular de clases, treinta estudiantes en un salón hablando todos a las vez. ¿Puede imaginarlo? Y de momento… paparapapa… pa, pá, seguido de dos aplausos. Los estudiantes curiosos dejan de conversar y prestan atención. Así es como desde ese día logro capturar la atención de ellos, pero mantener el control del grupo es tarea que hay que trabajar día a día.