La historia no me pertenece. Ni sé a quién le pertenece. Supongo que a esta altura ya es un poco de todos y al mismo tiempo de nadie. Alguien me la hizo llegar hace algún tiempo, la leí y me gustó. Acto seguido la copié y la compartí entre algunos colegas. Estos, a su vez, la compartieron con otros, y estos con otros. Ignoro qué camino recorrió, lo que sí sé es que me acaba de llegar a mi correo electrónico después de haber dado innumerables vueltas, la volví a leer y me gustó tanto que quiero compartirla con ustedes.

Después de todo, ¿qué otra cosa podría hacer con ella más que ayudarla a seguir dando vueltas?