Lo primero para redactar un trabajo académico es saber cómo se estructura este tipo de texto. Debemos usar un esquema decimal que guíe al lector y le permita acceder fácilmente a la información. No pueden faltar en nuestra estructura un apartado de introducción, otro de conclusión y uno más dedicado a las referencias bibliográficas. Opcionalmente, podemos añadir un apartado de anexos. Existen además otras convenciones. Por ejemplo: nunca puede haber un apartado que se titule “desarrollo”.