Leer y escribir NO es natural para nuestro cerebro y exige un proceso de enseñanza que haga consciente al aprendiz, tanto de los sonidos del habla, como del significado de las palabras.

En esta charla, Evelyn Cordero Roldán, Directora Académica de Fundación Educacional Arrebol, repasa los aspectos generales implicados en este aprendizaje y revisa los métodos más utilizados, relevando uno de ellos como el más eficiente para el logro de este objetivo, que marca la vida escolar de las personas.

Enseñar a leer y escribir siguiendo las recomendaciones de la neurociencia cognitiva implica aprovechar lo que sabemos sobre cómo funciona el cerebro en relación con estas habilidades. Aquí tienes algunas estrategias basadas en la neurociencia cognitiva para enseñar a leer y escribir:

  1. Fomentar la conciencia fonológica: La conciencia fonológica es la habilidad para identificar y manipular los sonidos del habla. Estudios neurocientíficos han demostrado que esta habilidad es fundamental para la lectura. Juegos y actividades que ayuden a los niños a reconocer los sonidos y las partes de las palabras (sílabas, fonemas) son beneficiosos.
  2. Enseñar letras y sonidos: La identificación de letras y sus correspondientes sonidos es un pilar de la alfabetización. Enseña las letras gradualmente y relaciona cada letra con su sonido para ayudar a los niños a comprender el principio alfabético.
  3. Promover la fluidez en la lectura: La fluidez en la lectura implica la capacidad de leer con rapidez y precisión. La práctica repetida de lectura en voz alta puede ayudar a desarrollar esta habilidad, ya que refuerza las conexiones neuronales necesarias.
  4. Fomentar la comprensión lectora: La comprensión lectora es esencial. Anima a los niños a hacer preguntas sobre el texto, resumir lo que han leído y relacionar la historia con sus propias experiencias. Esto implica la activación de regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento de la información.
  5. Escribir a mano: La escritura a mano está relacionada con el desarrollo cerebral y la memoria. Animar a los niños a escribir a mano en lugar de depender exclusivamente de dispositivos electrónicos puede ser beneficioso.
  6. Utilizar el enfoque multisensorial: La neurociencia ha demostrado que el aprendizaje multisensorial, que involucra diferentes sentidos como la vista, el oído y el tacto, es efectivo. Por ejemplo, escribir palabras en arena o plastilina puede ayudar a reforzar la memoria muscular y visual.
  7. Promover la motivación y la emoción: El cerebro está más dispuesto a aprender cuando está emocionalmente involucrado. Elige lecturas y actividades que interesen y motiven a los niños.
  8. Crear un ambiente de lectura enriquecido: Proporciona acceso a una variedad de materiales de lectura, desde libros hasta revistas y cómics. Cuanto más expuestos estén los niños a las palabras escritas, más desarrollarán sus habilidades de lectura.
  9. Fomentar la lectura compartida: Leer en voz alta a los niños y discutir los libros juntos no solo fomenta la alfabetización, sino que también fortalece los vínculos familiares y activa áreas cerebrales relacionadas con la comprensión y la empatía.
  10. Ser paciente y adaptable: Reconoce que cada niño es único y puede aprender a leer y escribir a su propio ritmo. Ajusta tus métodos según las necesidades individuales.

La enseñanza de la lectura y la escritura basada en la neurociencia cognitiva aprovecha nuestra comprensión del funcionamiento del cerebro para ofrecer enfoques más efectivos y personalizados para desarrollar estas habilidades cruciales en los niños.