La mayoría de los problemas de matemáticas se comunican merced a una redacción que incluye sus variables y relaciones. Si bien dicho saber es responsabilidad del profesor de matemáticas, sus acciones parecen ser intrascendentes dada la gran dificultad que muestran los estudiantes en esta área, hecho reconocido en el mundo educativo latinoamericano. ¿Qué nos puede aportar el estudio de la lengua para resolver este dilema? ¿Qué incumbencia tiene el maestro de Lengua en este conflicto? ¿Debe considerarse al profesor de matemáticas también un profesor de lenguaje? Esta primera parte de la conferencia fundamenta dos metodología: Del concepto a la definición, y de la definición al concepto. Ambas conllevan el dominio del lenguaje como vía para la construcción de conceptos matemáticos.

Si los alumnos no saben leer, no pueden resolver problemas de matemáticas (Parte 2)

Esta parte continúa exponiendo una heurística basada en la gramática normativa para trazar un puente entre el análisis morfo-sintáctico y su transmutación en lenguaje numérico-simbólico, especialmente en problemas aritméticos o solucionables mediante ecuaciones algebraicas. Dicho método posibilita una iniciación sutil, efectiva y agradable del estudiante, y de los profesores, en el mundo del álgebra y la resolución de problemas.