Cuando una pareja con hijos se separa, lo queramos o no, los hijos resultan afectados, pues para ellos es una perdida muy grande, pues están perdiendo una estructura que buena o mala, es algo que vienen conociendo desde que tienen memoria, por lo que genera un duelo. Los padres tienen dos formas de ver esta situación, pueden sentirse culpables y creer que han lastimado a sus hijos, y hacer todas esas cosas nocivas que la culpa de los padres genera, como sobreprotección, sacrificio innecesario, querer pretender que no ha pasado nada, etcétera, etcétera, o por otro lado puede verlo como una oportunidad para que los hijos crezcan y se fortalezcan para de esa forma criar hijos más resistentes a las pérdidas y dificultades que innegablemente acompañan la vida de todo ser humano. Recordando que la perdida es inevitable, el sufrimiento es opcional.