La vida es bella es una de esas películas que dejan huella. Imposible verla sin subirse a la montaña rusa emocional que experimentan sus propios protagonistas. Dirigida y protagonizada por Roberto Benigni en 1997, ganó más de 50 premios internacionales, entre ellos tres premios Óscar, el Gran Premio del Festival de Cannes, el César a la mejor película extranjera y el Goya a la mejor película europea.