¿Sabías que tu manera de ver el mundo, de interpretar la realidad, de ver y percibir las situaciones, lo aprendes en la infancia? Influye también el ambiente, la familia, el contexto socioeconómico y cultural, las experiencias vitales, el carácter…

No les damos mucha importancia, pero las experiencias vividas en la infancia dejan huellas que marcan nuestra personalidad. En este artículo explicaré cómo las heridas emocionales de la infancia, afectan nuestro presente y pueden condicionar nuestro futuro.