El ciclo didáctico con que se desarrolla una clase se compone de los conocidos momentos inicio, desarrollo y cierre. Su implementación en el aula exige que el docente otorgue a cada momento el tiempo necesario, el énfasis adecuado y la relevancia que le corresponde según el propósito que poseen. Para todos los docentes es sabido que el inicio de una clase es uno de los momentos cruciales en el aula, pues marca la entrada a la experiencia que seguirá a esos primeros minutos. Comenzarla de forma adecuada puede marcar la diferencia entre una sesión fluida o una que vaya presentando dificultades, pues establece el clima y las expectativas para enfrentar las propuestas que el o la docente lleve al aula.