El juego es una herramienta básica para la educación, especialmente en el caso de los más pequeños. De hecho, puede ser la lección más eficaz. A través del juego, los niños pueden desarrollar sus sentidos y adquirir nuevos conocimientos sin ni siquiera darse cuenta. De esta manera, podemos ayudarles a descubrir nuevas palabras, formas o colores, así como a aprender a relacionarse con sus compañeros.